SHORTER NO DEFRAUDO EN EL GRAN REX

Sobrio concierto de Wayne Shorter en el Gran Rex. Con lleno total, algo que sorprendió a muchos, la presentación del cuarteto de una de las leyendas vivas del jazz no defraudó. La anterior visita de Shorter, unos años atrás, había generado opiniones enfrentadas entre quienes alabaron la performance y quienes se sintieron decepcionados. Al parecer, la reacción esta vez no será tan dispar: los primeros comentarios entre los asistentes reflejaban cierto consenso en que este show fue superior al anterior. Shorter, en esta ocasión, estuvo más activo. Empuñó su tenor en casi el 80% del concierto, pensando cada nota y cada solo, pero acometiéndolo con firmeza en cada intervención. Brilló también en el más escaso tramo en que eligió el saxo soprano. Lo acompañó su grupo habitual –Danilo Pérez en piano y John Patitucci en contrabajo-, aunque con una particularidad: Oscar Giunta debió reemplazar de apuro a la baterista Terry Lyne Carrington porque su avión no pudo aterrizar en Ezeiza a raíz de las cenizas provenientes de Chile. Giunta hizo bastante más que un papel aceptable. Se adaptó con soltura al grupo y hasta se permitió “mostrarse”, ante los gestos de aprobación de Shorter. Para Giunta era el sueño del pibe: “Me bajé del 60 y aparecí acá”, soltó alucinado, en el medio del concierto. En definitiva, buena puntería la de Contemporánea para traer a Shorter. Quedan pocos “bronces” en activo en el mundo del jazz.