martes, 18 de enero de 2011

SE VIENE LO NUEVO DE ADRIAN IAIES

Adrián Iaies no para. Después de impecable Festival de Jazz que organizó en la Ciudad de Buenos Aires, se lanzó a preparar su nuevo disco, que está grabando en vivo en una serie de presentaciones en el local Vinilo. Acá va la crónica de Clarín, que claramente invita a ir el domingo próximo.

TITULO TENTATIVO. EL ÁLBUM DE PIEZAS EN PIANO QUE IAIES ESTÁ GRABANDO EN EL CAFÉ VINILO LLEVARÍA UN TÍTULO LARGO Y MUY SUGESTIVO: “¿CUÁNDO DEJÓ LA LLUVIA DE SER SAGRADA?”. 

 

 

Dedos, cerebro y corazón

Crítica. Adrián Iaies. El domingo empezó a grabar en vivo su tercer CD sólo con piano: tango, rock nacional y clásicos del jazz.
  • 18.01.2011 | Por Marcos Mayer Especial Para Clarín
    Casi después de cada reverencia con que Adrián Iaies agradecía los aplausos que siguieron a los once temas interpretados por él, señalaba al piano, como si se tratara de un músico al que se debe reconocimiento. El gesto tuvo algo de humorada –en una noche pletórica de chistes, más de uno de buena factura- pero también funcionó como una forma de significar la relación entre el músico y un instrumento, al cual se pide que siga las indicaciones de los dedos, del cerebro y del corazón. Señalar el piano fue reconocer que había respondido del modo más noble a sus dictados: había dicho lo que se esperaba que dijera, fue el mejor de los aliados. No sólo por la calidad sonora del majestuoso Blüthner que ocupaba una parte importante del escenario de Vinilo. Sino porque aquélla era una ocasión especial: el recital fue grabado e integrará un disco a editarse antes de mitad de este año.
Luego de su CD triple y de su colaboración con Roxana Amed, Iaies eligió esta vez un repertorio que le permitiera desplegar su manera de entender el jazz, que se desarrolla en una permanente tensión, muy productiva por cierto, entre un abordaje muy meditado, donde las melodías originales se disuelven a veces en pequeñas células rítmicas para recuperar el rumbo en una nueva dirección, y una fuerte impronta sentimental que se hizo muy evidente, por ejemplo, cada vez que retomaba el tema central en Laura va , de L. A. Spinetta.
El recital –que logró convocar a figuras tan enfrentadas como Beatriz Sarlo y Horacio Verbitsky- estuvo dividido en dos partes bastante distintas. No sólo porque Iaies pasara de una remera blanca a una negra, lo cual dio lugar a una divertida acotación sobre cierto destino obligatorio a repetir gestos de Mirtha Legrand. La primera parte, que se abrió con un tema propio, Esa foto del blue smoke –con lejanos aires de chacarera-, siguió con un set dedicado a Juan Carlos Cobián. En su versión de La casita de mis viejos , Los mareados y Nieblas del Riachuelo , Iaies demostró que esa búsqueda –iniciada desde sus primeros trabajos- de realizar un abordaje jazzístico del tango ha alcanzado un muy interesante punto de madurez. Esos temas, tantas veces transitados, recuperaron la vieja frescura, pudieron transmitir nuevas cosas, que de eso se trata básicamente el jazz. Esa primera parte se cerró con otro tema clásico sometido a un intenso trabajo de recreación, Desde el alma , el vals de Rosita Melo.
El segundo tramo anduvo por otros rumbos. Desde su admirado Thelonius Monk, a quien considera -mitad en broma, mitad en serio- como el más ortodoxo de los tangueros y que puede considerarse su mentor ideológico, Iaies hizo una conmovedora versión de Serenata para la tierra de uno , de M. E. Walsh, un abordaje altamente concentrado de Balderrama , la zamba de Leguizamón y Castilla y Emily , el clásico de Johnny Mandel, donde apareció un homenaje a otra de sus inspiraciones, Bill Evans.
Para el bis, no muy demorado, por cierto, Iaies recorrió un viejo tema jasídico que le cantaba su abuela siendo niño, como para que el sello de esa noche destinada a quedar grabada fuera aún más personal.

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